Esa noche, vaya noche. Como si salirse del cuerpo no hubiera sido suficiente, como sucedia todas las noches, habia comenzado a viajar por distintos rumbos del pueblo.
La primer noche la recuerda perfectamente, por miedo no habia sido capaz de salir mas allá de su casa. Le toco ver a sus padres y a sus hermanos recostados en la cama, pero desde arriba, flotando... por ser una experiencia nueva, decidió despertar y sintiendo su corazón estallar ahogo su miedo con un salto de la cama.
La siguiente noche no salió, será porque apenas queria pegar los ojos, pero a la tercera al momento de caer en la cama, entró en un sueño profundo y comenzo a tener la misma sensación, similar a cuando en una alberca se ponia a flotar boca arriba, incluso escuchando los sonidos como se hace de esta forma. Ya viene, se decia.
Esa noche no se asusto tanto, tuvo curiosidad de salir un poco al patio y al de los vecinos. Decidió entrar al gallinero, a ver como dormían, pero estando a manos de un metro del gallo giro que tanto le gustaba, éste empezo a cacarear en señal de alarma. Un fuerte jalón lo llevo de vuelta a su cama y entre miedo y risa se levantó. Ya su padre estaba en la puerta trasera de la casa con el rifle en mano.
