lunes, 17 de noviembre de 2008

Pepe

Que interesante, diría. En estos dias en que el frio llega a tocar los huesos, quiza tambien puede llegar hasta la misma puerta donde reside el alma del ser humano; alli tal vez el alma busque como cobijarse y se encuentre desprevenida y se limite a buscar un rincón aún sabiendo su habitación redonda.
A lo mejor le gusta al alma divagar en su habitación, viendo a traves de la ventana buscando una chimenea humeante en el horizonte y asi calmar su frio y encontrar una razon para seguir activa... caminando.

El otro dia le dije a mi alma que porque no podia estarse quieta, disfrutar la vista, me dijo que no era culpa del frio ni del calor, que eso no tenia nada que ver pues ella no estaba expuesta a las condiciones que el cuerpo tuviera. Me dijo que era decision mia... no se que hacer... estoy buscando cobijas...