lunes, 21 de junio de 2010

Un buen compañero de camino me enseño sus letras, imposible pasar desapercibido el alma del escritor que grita sus fobias, sus miedos, sus sueños y anhelos.

Pienso que al leer te contagias, cual enfermedad ponzoñosa, de parte del alma del que escribe. Te conviertes al menos en eso que llaman conciencia; un porcentaje de conciencia que nunca escuchará ni sabrá que esta allí... pero está. Como parte de esa conciencia muda y rechazada a cabalidad, es un anhelo gritar y dar curso a los pensamientos del que escribe para enfrascarlos en tu burbuja - asi le llamo a ese micromundo al que defendemos diciendo: !es mi vida!- y hacer entendible el dialecto imposible del autor con su Yo.

Amigo, vuelvo a escribir! y a mi parecer lo que al final define a un ser humano es lo que entrega, lo que da al por mayor. !Que te definan tus letras y tu voz, tus anhelos y tu espiritu soñador¡ !Tu verbo, tu sustantivo¡

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