lunes, 14 de enero de 2008

Y volver volver

Lo primero que hice al llegar de mi retiro espiritual forzado fue pasearme por las calles de la ciudad, tan iguales y tan diferentes como cuando me fui. Y por supuesto ir por una deliciosa, exhuberante y morena caguama la que no me habia dado cuenta cuanto las extrañaba hasta que a cada trago hacia un escandalo con el tipico haaaa!. Despues correr con Demencia y darme cuenta que ya no es la misma, y yo tampoco.

De haber sido antes de irme que hubiera tenido una conversacion como la que tuvimos apuesto que habia salido reencabronado de alli. Pero como dijo caliman: "serenidad y paciencia", y no pasó a mayores. Se medio despidio y me medio despedí, de esas veces que dices hasta aquí pero sabes que por una u otra cosa, por el destino o por un amigo metiche vamos a terminar por vernos de nuevo.

La decision de este viaje y de todo este drama innecesario que traia en mi cabecita se que ya pasó, y con las pilas renovadas voy a buscarle por otro lado y dejar el pasado allá en la punta del caracol del ombligo.

Como extrañaba mi México, nada se compara con los sabores, colores, olores ( bueno no todos), los ruteros atravesandose, los baches que nunca terminan y los amigos que te dicen "que bueno que volviste", no se si sea por que me extrañaban o porque quieren que les pague lo que les debo, pero de todos modos es incorparable. Que los gringos se la rasquen solos.

1 comentario:

A dijo...

retiros no voluntarios pero que requieren voluntad.
bien.
besos nocturnos
A.