lunes, 3 de septiembre de 2007

Impuntual

Decidí llegar tarde a propósito. En realidad no me gusta llegar tarde ni temprano tampoco, si mucho llego unos 5 min antes siempre a mis citas. Esta vez no fué así, me tomé mi tiempo para estar en la guerra con las sábanas, de esas veces que parecen tienen resistol 50000000000000.
No era flojera, en realidad me tocó ir con un tipo que ya conocia y es bastante desagradable tratar con él, aunque es el pan de cada dia tratar con todo tipo de personas, este en particular me molesta. Es de las personas que no se muestran mínimamente agradecidas con el esfuerzo que das para atenderlas, antes al contrario tratan de verte como un "mal necesario" y ya se que, cosa que salga de su boca es para exigir, reclamar, discutir. Ya sé, estoy preparado para hacerlo pero en realidad hoy no tengo ganas, ademas esa etiqueta de "mal necesario" me aplasta un g..o.

Me recibió con esa sonrisa sarcástica pinchurrienta.
-Vaya, hasta que llegó, ya tengo esperandolo 15 min. (Sí, solo 15 min.)
-(Por poco no venia) Bueno, ya estoy aquí, ¿En qué lo puedo servir?
-Tengo un problema con el servicio de la vez anterior ( que raro, una queja)

Y asi empezó el calvario como de hora y media. En 20 minutos solucionamos el problema y tardo otro tanto en despedirse... Creo que le caigo bien después de todo, sino no seria mi cliente después de 2 años... no pienso llegar tarde de vuelta de todos modos, ya que la mayor parte del tiempo que habló conmigo hoy fué para hacerme sentir un desobligado. Y otro maraton así no lo vuelvo a tener, claro que no.

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